Reseñas

ANTE LA APARICION DE PATRICIA LARREA

Llevábamos tiempo sin contemplar las obras que salen de las manos de Patricia Larrea. Patricia ceramista siempre, y pintora y escultura ahora.
No hay en esta ordenación de sus artes y de sus oficios un intento de jerarquizar las capacidades de la artista: es que en el fondo y en la forma —Walery decía que la forma es en realidad lo que llamamos fondo— Patricia es ceramista en todo instante de su creación: hace cerámica siempre, cuando pinta, cuando va a la escultura, y… cuando hace cerámica. Su don y su pasión de arte es ese maravilloso instinto de modelar, amoldar, dar forma, que hallamos en los más remotos tiempos de la aparición del horno faber en el ser humano.
El Creador modeló la arcilla y dio figura al hombre, las plantas, al mineral. Despertó en el ser creado espiritualmente con el Verbo y materialmente con sus manos el instinto de producir también formas, nacidas de un aliento espiritual y de una confección material y real.
El alfarero es el antecesor de todos los otros artistas, y por las huellas de espiritualidad conservadas en las piezas y fragmentos de cerámica entre las ruinas de las más antiguas civilizaciones, se descubre el nivel alcanzado en ellas por el arte. Un fragmento de cerámica en manos de un experto, da testimonio de toda una cultura.

La huella de lo humano quedó grabada en la endeble y quebradiza arcilla. Es el espíritu y la voluntad artística que supiera darle el ser humano lo que sirve de testamento y testimonio de las viejas edades. Por el trabajo de aquellos remotos ceramistas sabemos que el hombre pasó de agenciarse cacharros para beber o para conservar un líquido, a crear formas puramente bellas, por la belleza misma. El horno faber se convierte en artista, que es el ser humano depurado, evolucionado hasta el noble extremo de hacer cosas aparentemente inútiles, cosas bellas, cosas que adornan la casa y la vida. Del ceramista puede decirse lo que Huidobro decía del poeta: es un pequeño Dios.
Patricia Larrea es ceramista en la acepción usual de esta palabra, y lo es también en la acepción mística de un oficio tan noble, que ronda el propio quehacer del Creador. Rainer María Rilke nos enseño a ver —ver con todos los ojos del entendimiento— la intensidad interior del trabajo de cada pieza, grande o pequeña, salida de las manos de un artista.
El poeta vio trabajar a Rodin, quien ponía el mismo fervor en la confección de una estatuilla de veinte centímetros que en la creación monumental de «Los burgueses de Calais».
Rilke bendecía el trabajo, la tensión del alma al crear. En las cerámicas, pinturas y esculturas de Patricia Larrea, se palpa, se siente el oficio servido con fervor, con entrega. A obra como la de esta artista, llamaba Juan Ramón Jiménez «el trabajo gustoso». La alegría de crear se siente y puede oírse, como el resonar del mar en el seno de una caracola. La música interna de las cosas bien hechas brota de cuanto sale de las manos de Patricia Larrea.

Renán Flores Jaramillo
de la Academia Ecuatoriana de la Lengua


CUANDO LA PROTAGONISTA ES LA MATERIA

Dotada de gran personalidad y espíritu bondadoso, la escultora ecuatoriana afincada en España Patricia Larrea es una artista de gran sensibilidad, cuyo sentido estético hace que sus piezas sean diferentes. Su dominio de la técnica roza la excelencia; lo que está haciendo es perfecto. La conocí cuando trabajaba sus piezas en cerámica; en su recién estrenada Web podemos apreciar alguna de las que guardó de esa época.

Igualmente nos presenta bellas esculturas de diferentes tipos de madera a las que incorpora hierro o vidrio según el efecto que quiere lograr; terminándolas con patinas hechas por ella misma, logra así el bellísimo acabado que les da su sello personal.

Porque Patricia tiene un sello que identifica su obra entre todas las demás.

En su Web también podremos disfrutar de los cuadros que la artista con imaginación lleva a cabo con gran maestría; su pintura es limpia, transparente, llena de color -con pigmentos hechos por ella- a la que luego incorpora elementos como, por ejemplo, cristal de murano o vidrio y hace unas grafías de su imaginación lo que nos lleva a reconocer su obra con muchísima facilidad. Creo que es muy importante que el artista tenga su propio sello y Patricia Larrea lo tiene.

Termino hablando de los dibujos del natural de su época de estudiante en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Ahora los rescata presentándolos de una forma tan personal que hace que sus trabajos de otra época se vuelvan plenamente actuales.

Linda de Sousa
Miembro de A.C.P.I. y AICA
Directora de Diálogos con Linda de Sousa en iVoox
Madrid 1 de abril de 2022


«Patricia Larrea es figura de altura en estos menesteres e interpreta la escultura de forma tal que su obra no solamente en atrayente, sino más bien subyuga. Tiene un don intuitivo especial para las formas, donde el volumen y la oquedad juegan en armoniosa conjunción. Expresionismo que radica en un caudal inmenso predispuesto siempre a la creación, motivado por la singular sensibilización femenina que tiene Patricia Larrea.»

P. Barbadillo
«Diario de Burgos»


«Forma y color son elementos de esencial trascendencia en el horizonte creador de Patricia Larrea Almeida que, apoyados por los conocimientos técnicos, la inspiración y el profundo sentido de la obra bien hecha decantan una tarea de perfiles excepcionales. Sin la menor duda este es el lenguaje de formas y colores que las épocas inmediatamente por venir van a identificar como suyas, por ello no es chocante ni extraño que en esta exposición convocada por las exigencias de lo nuevo y de lo actual aparezca vivo y presente un impulso de futuro que anima los materiales, define las formas y transcribe las expresiones.»

Jaime Veliz Litardo
Diario «El Universo» de Guayaquil (Ecuador)


“La obra de Patricia Larrea, compuesta por una serie de piezas de hermosa factura, no sólo propone la presencia del resultado estético, sino la participación dialéctica a través de un lenguaje metafísico con una simbología propia, cálida, humanizada hasta el punto de convertir la magia en interlocutora, en vehículo compartido, materia e idea en voluntad dialogante. Patricia Larrea deja a medio desvelar los secretos más oscuros de una mitología inédita que sólo conocen los que están más próximos a sus propias raíces, a la secular madre Tierra.»

Felicidad Sánchez-Pacheco
Revista «Arteguía»


«Crear, siempre crear, aunque a veces un motivo se parezca a otro, y es que el artista verdadero persigue la forma, la emplea repetidas veces, como el músico que elabora sus variaciones… Yo me acerco, y espero que lo mismo os ocurra a vosotros, con humildad y con respeto: en este pedazo de tierra traída de lejanas tierras está la voz secreta de una mujer en perpetua rebeldía, en perpetuo silencio. ¿Qué es el arte sino el más bello desorden? He aquí una muestra insoslayable, un desgarrarse, esta creación que viene de siglos.»

Francisco Tobar Garcia
de la Academia Ecuatoriana de la Lengua


LA ESCULTURA DE PATRICIA LARREA

La recreación de la materia, la búsqueda de las diferentes formas expresivas en los materiales utilizados —barro, piedra, madera o bronce— parece ser la vocación más íntima en el espíritu intrínsecamente plástico de Patricia Larrea. De esta forma, los volúmenes van tomando cuerpo en espacios reinventados, cobrando ritmos y proyecciones repletas de dinamismo, ansiosos de texturas que esta escultora sabe animar con las calidades más sugerentes y los efectos cromáticos más efectivos. El color así —cuando todo aparece sumido en los ámbitos de lo geométrico, en el universo de las formas— viene a prestar, desde una delicada sensibilidad, un aliento original, un cúmulo mayor de motivaciones para el espectador. No puede negarse la presencia de un cierto soplo de misterio que envuelve ambientalmente estas esculturas de Patricia Larrea y que las dota de una innegable apariencia ancestral. Esto lo constituye, sin duda, la propia condición ecuatoriana de la artista. Hay además, en algunas de sus es-culturas, y como consecuencia de cuanto señalamos, un sentido totémico, de mágica grandeza, sobre todo en las composiciones de solemne verticalidad. Pero al mismo tiempo, el poso de la vanguardia más vigente, late soterradamente en todas y cada una de sus producciones, en un ansia de modernidad plenamente abrazada y sentida.

Wilfredo Rincón García
Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores


«La escultora ecuatoriana P. Larrea presenta sus últimas realizaciones utilizando como materiales la madera, el bronce y la cerámica. Son esculturas en las que domina, temáticamente, la figura humana. En sus primeras obras sobre madera abstrae la realidad de la figuración, plasmando la corporeidad de los personajes mediante una serie de planos geométricos que alzan la figura hacia lo alto, en donde se incrusta en otro material, una cabeza femenina, aportando así la definición figurativa y personalizada de la realización. Son cabezas tratadas de riguroso perfil en las que concreta la atención en las aportaciones volumétricas que permiten la narIz y labios, por lo que no trata ni delimita las calidades de ojos y oídos. A ello une un tratamiento suelto del pelo que se levanta en ligero vuelo aportando a la configuración craneal una apariencia de paloma que, atrevida, se lanza a explorar.»

José Luis Buergo
Revista «Crítica de Arte»


«Espléndida vocación esta de PATRICIA LARREA, llena de originalidad e inspiración, que plasma en la bruta materia la belleza de las formas y los colores, en ocasiones combinación con los ilimitados horizontes de la fantasía. Pues, dentro de su imaginación artística, existe una variada riqueza de motivos.»

Benigno Ruiz Arias
Diario «La Tribuna» de New York


«Creaciones escultóricas, que abarcan desde los pequeños formatos hasta los grandes; utiliza, preferentemente el broce y la madera, pero también el barro, materiales que suele combinar para reforzar el dualismo que anima algunas de sus obras tales como «Leda», «Guayas y Quil», «Eros y Tarantos”. Estas y otras obras que aluden a mitos y creencias antiguas adoptando un aspecto totémico, son lo más importante de su trabajo, del que destaca el trabajo de la madera».

La Vanguardia
Barcelona


«Escultora y ceramista ecuatoriana, Patricia Larrea, ha sabido introducirse eficazmente en nuestro ambiente artístico y cuenta ya con numerosos premios en su haber que denotan excelentes cualidades y constante superación, obras, algunas monumentales, hablan elocuentemente de esas facultades, obras como la «Venus siglo XX» en bronce, «Encuentros en el pasado» de cerámica y bronce, y una gran «Paloma» tallada en madera, por ejemplo, que prestigian a un artista, demuestra con ellas que domina y conjuga perfectamente materiales distintos, que sabe buscar la belleza y que tiene un concepto brillante de lo que es el arte escultórico.»

Antonio de Santiago
Revista «Correo del Arte»


«Patricia Larrea, moderna y ágil como sus composiciones escultóricas. Su ancestro y amor al terruño se revelan en los elementos prehispánicos que ofrecen sus creaciones, en las que convergen con gran dominio de la técnica aplicada al barro, la pintura y la escultura, características que distinguen su obra de la producción escultórica actual.»

H. Villagran Lara
Diario «El Universo», Guayaquil (Ecuador)


«La escultura y cerámica de Patricia Larrea no tiene limitaciones temáticas, pero cobra altura cuando evoca las formas ancestrales del arte indígena milenario de su tierra ecuatoriana y cuando se sume en una neofiguración simbológica abstractizante.»

Antonio Cobos
«Diario Ya»

Talento, imaginación, fantasía, técnica y alegría de plasmar la vida en la materia: barro, tierra, piedra, metal, madera. Y en este quehacer fecundo, la creación de un espacio en la materia, parece ser la mayor recompensa para su alma inquieta que vibra con los valores eternos del amor, la vida, la muerte.

Gloria Abate
Semana, Guayaquil (Ecuador)


«Patricia Larrea hace cada día el milagro de crear piezas únicas de tono mayor por su gracia formal y el misterio de su alquimia pero, como quiera que está generosamente dotada para el arte —Patricia Larrea pinta jubilosamente y dibuja con rigor— puede adentrarse y se adentra con firmeza, en un terreno netamente escultórico. Se mueve en él con tendencia abstractizante en la dicción, pero con un concepto modular simbolista pleno de sugerencias en la evocación de la pareja humana y con recursos incáicos arcaizantes.»

A. Ballesteros «La Voz del Tajo»


Hierro y materiales en el espacio creador de Patricia Larrea

Viendo las realizaciones en madera y hierro de Patricia Larrea se impone la necesidad de entender lo que significa el arte como ecuación espacio-temporal.

En todo momento el hierro lo utiliza Patricia Larrea como soporte, y complemento a la vez, de la expresión matérica. No olvidemos que la madera es el origen etimológico de la materia y que lo que hace Patricia Larrea es convertir el mensaje poético encarnado en soluciones geométricas en temas o significaciones que se intuyen en la armonía del tratamiento matérico.

La madera en sus manos es susceptible de todo tipo de expresividad merced a su tratamiento de compacidad y de contraste que le permite aprovechar la nobleza de la materia viva hasta sus últimas consecuencias que alcanzan su mejor expresión en la pátina con que logra neutralizar las superficies en que se concreta la gran unidad morfológica de su arte plástico.

Esa misma dignidad alcanzan las esculturas de Patricia Larrea en el tratamiento del bronce y en la intención de otorgar a los espacios huecos la ambigüedad de las formas.

Patricia Larrea es la ejecutora directa de sus realizaciones artísticas que domina la materia en su duro tratamiento y que conecta sus creaciones con un atavismo exótico que aflora en su expresión temática.

José Gerardo Manrique De Lara
Presidente de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles


Homenaje a Guayasamin

La continua e innegable vocación creativa de Patricia Larrea tienen por testigos ejemplarizantes a sus obras.
Ella es una auténtica rescatadora de naturalezas deshechadas, condenadas por la ignorancia y por el olvido de quienes no perciben la fuerza y belleza que contienen. Ella nos descubre los mensajes que encierran la madera y el hierro y agrega con el bronce y la cerámica una gama completa y precisa de la técnica renacentista y la policromía que con tan buen gusto, mima y domina.
En sus más de las 100 exposiciones de sus obras, demuestra con la preparación personal de sus tintes y estucados que sus más de 1000 obras acreditan la dedicación de su voluntad y talento en constante movimiento a técnicas depuradas, como la de su cerámica en cuerda seca, introducida por los árabes y que ella crea y realiza en cuadros muy minuciosos de bellas imágenes en esmaltes cerámicos.
En la madera demuestra una fuerza interior encomiable y servicial de perfilada observación de rescatadas obras de la naturaleza, hoy tan castigada por los seres humanos.
En el bronce consigue unir lo abstracto con la elegancia de las formas.
En el hierro se descubre su inquietud firme y social, comprometiéndose con la reciedumbre del mundo actual.
Estamos pues, ante una artista diferente a la que hay que considerar, valorar y observar, por su evolución y entrega a las obras que el arte tanto necesita en estas épocas y que Patricia Larrea ha conseguido hacer crecer en el entorno de tanta indiferencia y vulgaridad del mundo que nos rodea.

Luis Aguilé
Compositor – Escritor


A LA ESCULTORA PATRICIA LARREA

Esta mujer, que sabe con sus manos
dar vida a lo insensible, y poesía
a la materia y sabe la armonía
que hace a los hombres y a la piedra
hermanos,

héroes y dioses trajo americanos
a nuestra vieja Iberia, la que un día
quiso saber si el sol amanecía
en la otra orilla de los océanos.

Cóndores, zopilotes y quetzales
hermanos de las águilas reales
que coronan la luz de la montaña

levanten a la gloria el nombre tuyo,
Patricia de las artes, para orgullo
de Guayaquil, el Ecuador y España.

Luis López Andada
Escritor de la Asociación de Críticos de Arte


Escultora, ceramista, pintora. Creadora en todos los instantes. Formada en España, en la Escuela de Artes Aplicadas de Madrid. Graduada en la Escuela Oficial de Cerámica y Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense (Facultad de San Fernando) de Madrid.

En 1969 inaugura su primera exposición en la Casa de la Cultura Ecuatoriana de Guayaquil, su ciudad natal, a la que seguirán más de 30 individuales en Europa. De la escultura del espacio se ha pasado a la del volumen; de la sutileza -suerte de musicalización del metal- a formas llenas de tersas superficies bruñidas; de un concepto casi abstracto a un vigor expresionista. «Flor de maracuyá» o ascético simbolismo en «El arco de Huáscar» donde la unión de razas está simbolizada por la madera y el bronce. Ha trabajado piezas de airoso movimiento -como leviatanes- ricas de tensiones y sugestivos de sentidos como «Leda en sueños»; de sutil alusión sexual y aire de exótica ave.

Patricia Larrea es una artista en toda la acepción de la palabra, y lo es también en la acepción mística de un oficio que ronda el propio quehacer del creador. Vemos, con todos los ojos del entendimiento, la intensidad interior del trabajo de cada pieza, grande o pequeña, salida de las manos de una artista de la cabeza a los pies.

En las cerámicas, pinturas y esculturas de Patricia Larrea, se palpa, se siente el oficio servido con fervor, con entrega. La música interna de las cosas bien hechas, brota de cuanto sale de sus manos.

Renán Flotes Jaramillo
de la Academia Ecuatoriana de la Lengua
Premio Cervantes de Periodismo


La estela de Duchicela

En este alígero bronce de la singular artista ecuatoriana Patricia Larrea, las resonancias ancestrales totémicas latentes en el mismo, no perturban en absoluto los silencios de sus purísimas formas abstractas. Formas ungidas de gracia en sus asimetrías, oquedades, y ordenados desórdenes. Además en esta bellísima obra tiene resuelto Patricia ese enigma del espacio en la materia que la acució desde los primeros pasos de su andadura escultórica. No es perceptible en ella la pesantez de las gravitación. Las formas vuelan por la gracia de Dios, y porque la artista consiguió esculpir el aire.


Antonio Cobos
Decano de la crítica Arte Española


Patricia Larrea es nacida en Ecuador, quizás por eso tintinea en sus ojos la fuerza del Amazonas y el fuego de sus volcanes; y en sus manos de donde surgen sus esculturas la libertad de las montañas de los Andes.

Es Patricia Larrea una escultora aculturada, por darse en ella todo el proceso de las distintas culturas que han hecho a lo largo de su vida una fusión de elementos, que aunque diferenciados, han creado en ella nexos comunes de esas culturas, transmitiéndole las superposiciones de América y Europa. La respuesta a esta trayectoria es la inconfundible verdad de lo que sus obras expresan: lo intemporal de la humanidad, el vínculo de los continentes, dentro de la metamorfosis que la artista experimente al recrear nuevas formas con lo que el supremo Creador nos ha regalado. Su obra es una relación ininterrumpida de materia y espíritu, conjunción que es una de sus características, ya que en sus esculturas vibran las diferentes modificaciones conocidas en la forma clásica de la escultura.

Sus obras, no son piezas de materia inanimada, sino materia modificada, completamente dotada de vida, mensaje y convicción moral de la artista-mujer que por encima de su persona y de su tiempo busca en sus esculturas el camino de lo que es verdadero y armónico desde el principio de los tiempos. Todo lo arcano, está en sus tallas, en sus pulimentados, en su cromatismo, en los perfiles de sus rostros y en sus formas de líneas puras, de donde se unen y emergen, pasado, presente y futuro.

No olvidemos que la materia jamás se extingue; la materia cambia, se amolda, se oculta, vuelve y resurge. Siempre regresa, porque todo, y todos, somos materia.

El centro de gravedad de Patricia Larrea son el corazón, su masa, su peso, su sonido y balanceo; sus formas no son otra cosa, ni otro concepto, ni otra ley, que el amor, que en ella, es obra escultórica salida de sus manos y de su fuerza interior, gracias al impacto que en ella ejerce todo lo que la rodea, vida, muerte, ideales, dioses, aves … formas, mensajes que ella percibe y de los que no puede ni quiere escapar y que la escultora que es Patricia Larrea transforma en arte.

Natividad Cepeda
Escritora, periodista y poeta


Cuando Patricia Larrea pone sus manos sobre la madera, se estremece: la madera, digo. No es un estremecimiento corito, sino placentero. Lo que fuera acacia, olmo, pino, roble, y es ahora vencido fragmento de un cuerpo erguido y desafiante, adivina en esas manos su renacer, su nacer otro, su metamorfosis, cápsula gigantea con la crisálida de la maravilla en sus dentros. Patricia Larrea castiga la madera sin dañarla, y la mariposa cautiva -flor, paloma, dios, diosa, cacique, arca, refugio …- echa a volar, tan pesante, tan quieta, y es. El hierro, el bronce, la hacen más ambigua («toda obra de arte es necesariamente ambigua», afirmó Lindsay Anderson), pero más ella, y sorprendentemente más aligera, más sutil; de donde el bloque revestido de curvas y contracurvas, su volumen, toma sitio en el aire, conquista su lugar, listo para permanecer. Y lo consigue.

Carlos Murciano
de la Asociación Internacional de Críticos de Arte


«¿Existe en realidad un refugio para Afrodita? En el mundo moderno todo el mundo contestaría que sí. Ella, la diosa del amor, de la belleza, de todo lo que de divino tiene la materia, parece siempre presente. En la escultura de Patricia Larrea sin embargo, Afrodita es tan sólo una diminuta esquirla de metal en el espacio recio de una madera de olmo centenario. Y yo creo que el arte de Patricia tiene más razón que todas las frases hechas, todos los lugares comunes, todos los topicazos que han convertido a la diosa del amor y de la belleza en una idea, que de tanto ponerla en primer plano, ni siquiera sabemos qué representa. Me gusta más Afrodita escondida, entreverada entre la materia viva, en la naturaleza, entre la piedra grande y la madera callada. Pequeña Afrodita, tan pequeña, que cabe en cualquiera de nuestros corazones.»

Carmen Posadas
Escritora


«Realmente contemplar las esculturas de Patricia Larrea nos traslada a sus orígenes sudamericanos, sobre todo en su obra titulada «Totem», aquí subyace la emergencia de la propia materia llena de vida y recobra un lugar en el espacio en una versión imaginativa y grata a la vista y al tacto. Personalmente me siento atraída por sus obras en las que emplea la madera y el bronce ya que logra unos efectos matéricos yuxtapuestos de gran entidad.»

Pilar Rodríguez Pastrana
Agencia EFE


«Patricia Larrea, es un auténtico hito de creación.
Sus proposiciones escultóricas tienen grandes resonancias culturales, unidas a una gran belleza y eficacia.
En la escultura que nos presenta esta gran artista —»Atahualpa»— con madera quemada, bronce y piedra, crea una metamorfosis fascinante. Es simultáneamente cuerpo y ala, con fuertes ritmos de rudeza y belleza, y de fascinante sugestión por ese tono primitivo que la vigoriza.
Una escultura que se queda fácilmente con el espectador.»

Mª Angeles Morales
RTVE


«Walery decía que la forma es en realidad lo que llamamos fondo. Patricia es escultora y ceramista en todo instante de su creación: Hace cerámica siempre, cuando pinta, cuando va a la escultura, su don y su pasión de arte es ese maravilloso instinto de modelar, amoldar. dar forma, que hallamos en los más remotos tiempos de la aparición del horno faber en el ser humano.

Patricia Larrea es ceramista en la acepción usual de esta palabra, y lo es también en la acepción mística de un oficio tan noble que ronda el propio quehacer del creador. Rainer María Rilke nos enseñó a ver —con todos los ojos del entendimiento—, la intensidad interior del trabajo de cada pieza, grande o pequeña, salida de las manos de un artista.

En las cerámicas, pinturas y esculturas de Patricia Lama, se palpa, se siente el oficio servido con fervor, con entrega. La música interna de las cosas bien hechas, brota de cuanto sale de las manos de Patricia.»

Renán Flores Jaramillo
De la Academia Ecuatoriana de la Lengua


Leda en sueños

«Patricia Larrea nos recoge en un mosaico cargado de indigenismo retrotrayéndonos a las costumbres de unas culturas tan arcaicas, sin menoscabo de su fuerza impulsiva, y tan precolombinas de su Ecuador natal para observar sobre todo el carácter lúdico y erótico universales y religioso dentro de lo totémico y vivido, visceral y de acusada fuerza experimental, que nos hace vibrar cercanos a lo eterno de su cultura que nos conmueve y nos conmovería más si estuviéramos a la/y a nuestra propia naturaleza.»

Damián Manzanares
Crítico de Arte


«La escultura lúdica de Patricia Larrea hace de la materia trascendencia, ilumina la madera, forja el hierro, no sus manos sino con el alma que va a los dedos infatigables, y ella exacta en su altura, en sus sueños. También cree en lo onírico, eso que llamamos lúdico, se siente en cada trazo, y en todo su universo lo que distingue a nuestro territorio: el árbol. Por eso, raíces de sus obras: los sueños, el bosque, la magia que no es el realismo mágico.»

Francisco Tobar García
De la Academia Ecuatoriana de la Lengua